sábado, 6 de abril de 2013

Otro artificio


Que Pablo Gutiérrez es un escritor original ya se sabe. Y lo he dicho aqui, como si eso fuera relevante...

Que la originalidad hay que contextualizarla dependiendo de lo que se quiera contar, también. En este caso, aprovechando la mala rachita que estamos pasando todos, Gutiérrez aplica su estilo particular en un intento de ofrecer una visión critico-lírica de la crisis. Y, para mi, erra del todo.



Gutiérrez es un narrador nato, sus imágenes sorprenden y su perspectiva casi despiadada con sus propios personajes es muy interesante pero Democracia es para mi un ejercicio de estilo que cae bien lejos de donde sus intenciones pretendían. Es una critica tan suficientemente correcta que irrita, de lo lejos que la he sentido. No hay absolutamente nada en este texto que salga de las entrañas. La novela está escrita desde una distancia que no da objetividad sino que transmite alejamiento y artificio. Falta sinceridad.  Falta sufrimiento. 
La ironía, las imágenes y asociaciones que me encandilaron en Nada es crucial irritan a la hora de reflejar la crisis. Además, Gutiérrez se centra en la parte abstracta y extranjera de la misma. No ahonda en el caso español, Leh Bro (¿por favor?), Soros en el rio Nung (¿perdona?), la congresista norteamericana (¿mande?).... todo muy alejado de la decadencia moral que sufre nuestro país. Nuestro cutre país. ¿Es que todos los españoles no somos un poco culpables de lo que ha pasado por acción u omisión? ¿Se lo decimos a las cajas de ahorros,  a los políticos, a la sociedad inculta?

La historia erra completamente su tiro.  El autor agita un poquito el árbol de las tempestades azuzando lo justo las conciencias para definirse lo menos posible y mostrar, de nuevo, lo menos posible sus propias contradicciones... No me gustan los libros impostados.  O te metes de lleno y escribes una crónica de tu país a lo Flaubert o haces Nada es crucial 2, con efectos especiales y te aplaudimos.

La literatura ha de ser honrada o no lo es. Independientemente de que se escriba muy muy bien. Es fácil denunciar dramas desde la salvaguardia (¡ay que común es esto en los intelectuales de la izquierda divina española!). Y si se quiere hacer,  que no sea tan evidente como ocurre en esta novela.






miércoles, 3 de abril de 2013

Dos años de Malas Testas

Malas Testas cumple dos años. La misma falta de interés y  rigor han recorrido  los posts que jalonan este año de avatares y zozobras. La levedad es nuestra divisa.

Siempre prescindible, les saluda,

Tirso Malatesta.