Malastestianos, gentes de mala cabeza, os quiero dar cuenta de mis musarañas patrias, con el único fin de incrementar las visitas a este mi blog. Esto es en la forma; en el fondo, es una crónica de desengaños.
Empiezo por Leonor Watling. La descubrí en un cine, con una peli, Son de Mar, absolutamente prescindible como todas las de su director. En medio del espanto de aquella cinta, apareció una joven de físico apabullante. E investigué.Y quedé prendado. Hace tanto...animalico que era... creía en el ideal de mujer guapa, sensual y culta. Volvamos.
De madre inglesa, la seguí fielmente en cine, televisión, internet (no he escuchado nada de su obra como cantante). Mi impresión es que sus curvas venden más que su talento como actriz y música (esto último tengo la desfachatez de decirlo, reitero, sin haber oido nada de Marlango pero es muestra de que entra antes por los ojos y eso es algo que ella misma fomenta, of course!). Rara es la peli donde no la despelotan siendo el caso más flagrante en "los crímenes de Oxford" donde parece más la madre de Frodo, perdón Elijah Wood, recalentando pasta para el nene que su novia . Educada y elegante, su halo de intelectualidad, su cara atormentada y lo taco de buena que está la hizo ser la musa de los malditos. Mi musa de juventud tardía. Yo la llevé en mi corazón como un estandarte pero mi gran desengaño fue su relación con Jorge Drexler y una tendencia a un izquierdismo bonachón demasiado estético, que me hace pesar en Ana Belén y eso me da mucha grima ( mirala, mirala, mirala, mirala, miralaaaa...)
Pasamos a mi otra musaraña, Pilar Rubio. Si Leonor es la musa de los malditos, Pilar es la musa de los frikies. La conocimos como reportera simpática, hermosísima, que se hacía la tonta a posta mostrando desparpajo y arrojo con su micrófono y su escote. Simpática, reitero, nos cautivó a todos con sus curvas de pin up accesible, con sus gustos heavies (porque eso de ser heavy y guapa como que a nadie se le había ocurrido antes que era posible) y, repito, su falta de distancia, ya sabemos... esa distancia que las guapas siempre ponen. Además, suponía un triunfo de una cierta madurez (tiene más de 30 años) en un mundo de la imagen donde se quiere carne joven y más joven. El encantó duró lo que duró su personaje de sí misma en SLQH. Pasó a otros formatos de programas y vino mi desengaño. Una pena. Pero es, sin duda, la más guapa.
No llegó a la categoría de musaraña para mí pero reconozco que me impactó. Sara Carbonero. Es la musa de los aspirantes a pijos ya que es el símbolo del pijerío low cost, por eso es el espejo de tantas chicas "fachion", vestida de marcas de ropa baratas y pretendidamente elegantes. Me dejó de una pieza debido a otra simbiosis, esta vez entre guapa y reportera futbolera (porque eso de ser reportera futbolera y guapa como que a nadie se le había ocurrido antes que era posible). Me cautivó su frialdad absoluta, su antipatía de castigadora (¡¡ay como me gusta esto!!) típico de las españolas. La seguí, durante un tiempo, con su mirada entre altanera y tensa, incómoda y fría, pero llegó su noviazgo con el mejor portero del mundo y pegó el pelotazo.
Bueno, malastestianos, otras vendrán que nos encandilen y nos decepcionen, y para acabar un temazo de los viejunos Guided by Voices. Sed buenos y mantened vuestra cabeza mala.