martes, 18 de octubre de 2011

El ¿arte? de pasar de todo

Ando dividido por mi mala cabeza. Hace unos días visualicé, no diré bajo qué medio, una pelicula que mi Sufridora eligió con muy buen ojo, El arte de pasar de todo o The art of getting by. A priori era una peli que me interesaba mucho, chico nihilista y artista enamorado de chica atormentadilla pero mundana que mantiene con él una relación algo ambigua que todos hemos sufrido alguna vez: me siento atraida por ti, chico sensible, pero no eres mi tipo animal y cavernario para hacer marranadillas.




Empieza mal porque Freddie Highmore no es creíble, es un niñato con un esquema de pensamiento de pijo renegado y un abrigo gris de maldito,   y Emma Roberts, la sobrínisima de Julia, es mona y morbosa pero sin encanto (aquí deberían de haber puesto a una actriz francesa haciendo también de maldita).  A él le podrían haber inyectado un poquito más de sangre y de autocachondeo... y no haberlo hecho tan apalizable (enano maléfico dixit).  En mi opinión la peli quiere tocar muchos palos, el de las segundas oportunidades en la educación, las familias desestructuradas, las relaciones sentimentales adolescentes, el encuentro con el  uno mismo artista (joorr)  y el triunfo final del talento. Y el que mucho abarca...






Claro todo esto da para una novela de Hesse, Zweig o Mann pero picha esto es cine, ochenta y poco minutos y no se te olvide que estamos en EEUU, y en el Manhattan posh y hipster. En definitiva, la peli se va convirtiendo en una cosa bastante superficial, con diálogos errados, risibles por pseudotrascendentes (impagables las conversaciones entre ambos jóvenes o cuando el prota le dice a su madre que  no va a clase) , unos actores que no se creen ni un minuto sus papeles y una historia que se deshincha poco a poco, que va resolviendo los retos que plantea  a los personajes de una manera  triunfal, facilona y nada dramática, acabando con  un final confuso. Se pretende contar una historia algo sesuda y  resulta que era un cuento de hadas.  Intentando ser una peli algo intelectualoide,  me ha recordado mucho a nuestro Pagafantas. Aunque no sea tan cutre ni tan jodida con el prota.

No quiero jorobarles el visionado, escasos lectores, pero al menos, como novedad, el protagonista feo y soso triunfa, o eso espero,  que no queda muy claro (Mojigator strikes again, Scarlett!!!)  con la chica, que estamos en América y los sueños se cumplen. Y estamos casi en navidad. El director me imagino que habrá pensado, ¿qué quiero, una peli seria o que la sala se llene de niñatos que se creen especiales? Quiero ganar dinero qué diantres. La vida es maravillosa y es muy sencilla y correcta.

Esta es una peli para los amantes de Twilight que vayan a la universidad, perdón, college.

Lo mejor, la música indie que es muy de agradecer.

¡¡¡Eres un espoiler Tirso!!!!

Cállate, ¿Merece la pena verla? Pues si. Es agradable a la par que mema pero los finales felices son muy poderosos y a muchos les puede hacer tilín por revivir fantasmas del pasado que acaben más o menos bien.  ¿Merece la pena pagar por verla? Yo iría al videoclub a por los cuatrocientos golpes, el soplo al corazón, Adiós muchachos, el pais del agua, el niño que gritó puta, Ken Park, Thirteen o Martin Hache. 

Esas son películas de juventud.

Que ser joven es muy jodido.

Confusion turns me upside down...