martes, 1 de noviembre de 2011

Lo que Ejército Enemigo esconde

Malas Testas se engola porque inaugura una nueva ¿sección?: la reseña literaria actual...

Hostia Tirso, no queremos ser presa de la actualidad...de la Vorágine...de leer por leer  y consumir por consumir libros en este caso...

Ya pero quiero ser un bloguero no sólo rockero sino famoso...y hablando de estrellas del rock inauguramos post literario con Alberto Olmos (AO) y su Ejercito Enemigo (EE). Silencio... se perora...




¿Cómo conocí a AO? Pues desde que le podía leer en lector malherido (que ya no deja leerlo porque se le ha ido de las manos) y de ahí me pasé a El Talento de los Demás, novela que me pareció llena de logros desde su temática y su  estilo, con algunas bajadas de tensión, a la estructura de la misma.  Una novela de malditos, de aspirantes a artistas, con gracia y mala leche, plagada de reflexiones pertinentes y una estructura que responde a diversos  retos estilísticos... para acabar diciéndote que todo lo que has leido sobre Mario Sut son dos novelas  metidas en la novela y que por tanto, es fantasía... me dejó impresionado. El tema de la identidad. Y con la  sensación de haber leido un libro  insólito en esta España y olé, por ser bastante nórdico: el Arte, el Talento y Todo eso. Y los Malditos... Hesse, Marai, etc...mmm cómo me gusta el norte...




Henchido de satisfacción por haber leído un libro nórdico escrito en castellano, me topé con la precampaña de promoción de EE. Y la compré gustosamente.  Mucho se está hablando y escribiendo, la mayoría de las veces con poca enjundia, sobre este libro. Antes que nada, en Malas Testas tenemos tan mala cabeza que compramos los libros que leemos. En mi opinión si te regalan el libro, ya no puedes hablar mal de él si fuera el caso y si tienes vergüenza.

Comprar te hará libre en este caso, querido aspirante a cronicrastro literanto.

Vuelvo a Albert  Ormes y su libro felizmente afrancesado. Y no lo digo sólo por la clara influencia de Houellebecq ya que el libro rezuma influencia francesa: hasta la portada es una foto de una francesita BoBo (Bourgeois Boheme) que es el espectro social que el libro ataca ( en España, el pijipi);   el prota, Santiago,  es un publicista (¿tenemos a Beigbeder aquí?)  y las digresiones más ensayísticas del libro tienen la impronta houellebequiana aunque su aproximación es diferente... Olmos es militante, es enérgico en su lucha contra la falsa solidaridad y el buen rollismo... Houellebecq nos habla siempre desde el cansancio y el hastío y su carga de profundidad es más letal. Olmos es una bala de cañón y Houellebecq un torpedo  (sin Chiquito) ya que hablamos de ejércitos. Hasta aquí todo bien, me molan mazo Houellebecq, Beigbeder (algo más cachondo y pijo) y hasta la chorba de la portada. Y por supuesto Olmos. Y es que el libro tiene mucha más enjundia de la que aparentemente tiene o de la que los debates dejan ver.

Se ha cargado mucho contra la partes más ensayísticas,  y se ha cargado mucho contra el autor, que también cultiva un malditismo que a muchos les chirría. A mi personalmente me encantan la novelas tesis. Y creo que, cargando contra el autor, no se está siendo justo con otros elementos de EE.

En relación a la reflexiones del libro, se nota que Olmos tiene una cuenta pendiente con los pijipis y les quiere dar caña pero para mí este no es el tema principal del libro. Es cierto que Olmos nos da su opinión sobre  la banalización de la solidaridad, su caracter profesional  y expiatorio de la mala conciencia consumista burguesa y  sus resultados casi anecdóticos en  relación a los daños provocados en el mundo en la lucha  por los recursos.  Además plantea dilemas como la intimidad online  post mortem. Se podrá estar o no de acuerdo pero es interesante plantearse que hay personas, no digo todas,  que se dedican a la solidaridad por pura estética o glamour... yo por lo menos conozco unos pocos.  Aqui no hay nazis, zombies, templarios, illuminati... Olmos no se evade de la realidad, la invade con temas que molestan y pican. La víctima, Daniel, es el maldito perfecto porque muere por bobadas, por un discurso superficial.  Y eso joroba. Joroba ver que tu pensamiento simplista puede que te lleve a una muerte idiota.

 Novela ambiciosa,  durante su lectura me vino a la mente una escena de Manhattan cuando Woody Allen le cuenta a su mejor amigo que su ex iba a publicar un libro aireando su sórdida vida marito-sexual y éste le contesta: "Gossip is the new pornography".

Y es la nueva pornografía de hoy  el gran tema de Ejército Enemigo: no sólo la contemplada por Internet por parte del protagonista sino la llevada a cabo mediante la lectura de los correos electrónicos de su amigo difunto.  El protagonista de Ejército Enemigo es un pornógrafo, no es un investigador ni un justiciero ni mucho menos un buen amigo.  Es un pornógrafo, que hoy en día es muy fácil serlo,  una víctima y a la vez un verdugo. Un triste instrumento de los ricos y por casualidad. La novela habla de sentirse un dios y controlar el pasado de los demás. A Santiago se le tiende una trampa, cae como hubieramos caído todos y se inmiscuye poco a poco en la vida de su amigo muerto  ya que es víctima de un hastío existencial que para mi es un gran hallazgo en la novela: el  aparcar la realidad tangible por la cibernética y las interacciones entre ambas (impagable la escena con su ex que lo deja por una tia en el chat).

Esta es para mí la parte más interesante del libro  y donde Olmos se siente más cómodo que es en el desarrollo del personaje principal,  Santiago, un tipo interesante con rabia social hacia sus semejantes y hacia los que están arriba, nihilista, poco capaz de amar e hijo de su tiempo. La trama  thriller elegida para desarrollar dicho personaje y engarzar los ensayos  es quizá el elemento que pierde más  intensidad ya que al escritor no le interesa tanto como mostrar las miserias de Santiago y sus pensamientos. Pero a pesar de un final un tanto abrupto y abierto hay otro hallazgo muy interesante; Santiago acaba siendo un vengador involuntario, la clase obrera o de origen obrero mata a sus semejantes y venga así al pobre niño rico y encima sin querer. Una paradoja  en mi opinión muy lograda ya que Santiago, reitero, odia a sus vecinos por recordarle de donde viene  y a los ricos porque no puede ser como ellos pero acaba siendo instrumento de estos últimos y encima por un triste empellón y por culpa de unas infraestructuras que se vienen abajo en su barrio obrero por las malas condiciones. Es el barrio  finalmente el que mata a sus moradores. Triste y casi de novela social. También se podría hacer una lectura  moral... la curiosidad llevó a Santiago hasta el fatal desenlace. Juzguen ustedes.

¡¡¡ESPOILER!!!!


Otro tema recurrente es el de la identidad, toda la novela es una reflexión y una búsqueda de la identidad,quién es quién, si realmente somos como nos mostramos en cada manifestación de nuestro ser, real o cibernético, lo que creen los demás sobre nosotros, lo que sabemos de ellos... cuestiones ya planteadas en el Talento de los Demás.

Ejercito Enemigo muestra a un Olmos  más comercial,  con ganas de vender libros, ofreciendo una trama de novela negra, un personaje chocante y mucho sexo. Debajo de esto, hay una novela con claves poco amables para timoratos y con muchos guiños para  un lector avezado que se meta en su lectura sin aprioris. Es un libro devorable. Y triste. Y los diálogos, de los mejores que he leído. Para película ya.

Al final lo has mezclado todoTirso.

Joder...

Pero quizás lo que muchos no le perdonan  a Alberto Olmos es que en la portada del libro su nombre conste con letras más grandes que las del propio título de la novela... que el autor se meta entre la obra y el lector.








3 comentarios:

  1. Joder Tirso, desde que tienes cuenta en Twiter eres "más moderno que la ostia"!!!Que si Houellebec (o como se escriba), que si "bobo", que si Alberto Olmos...No sé, no me gusta el cariz que van tomando las cosas:-) Te veo demasiado...no encuentro la palabra: no es "enrollao", no es "cool", no es "alternativo" pero es un poco de todo eso. No sé, a mi estos tan modernos (como en su época el Ray Loriga, o antes aún Jesús Ferreo, es que me dan un grimón que no puedo. Yo soy más "botellonero" que todo eso!!!!

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  2. Hola:

    Una entrada muy interesante, coincido en algunos puntos y en otros me gusta ese análisis, lo de que Santiago mata a uno de los suyos me ha gustado.

    saludos

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  3. Muchas gracias David. Y Gracias también por tu seguimiento. Ya me he apuntado tu blog. Saludos

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